Bryan Johnson: el multimillonario que quiere ser joven eternamente
Su rutina extrema diaria y la batalla para ser inmortal
¿Es posible frenar —o incluso revertir— el envejecimiento humano? ¿Y qué pasa con la piel, el órgano más visible del paso del tiempo? Estas son las preguntas que el multimillonario y biohacker Bryan Johnson intenta responder cada día con su experimento radical de longevidad: Blueprint.
Con una inversión anual de más de 2 millones de dólares, Johnson ha transformado su cuerpo —y su piel— en un laboratorio viviente. Su objetivo no es simplemente “verse bien”, sino retroceder el reloj biológico, célula por célula, hasta alcanzar un estado de salud óptima en todos sus órganos, incluida la piel. Algunos biomarcadores ya indican que su piel se comporta como la de una persona de 18 años, aunque tiene 46.
🧠 ¿Quién es Bryan Johnson?
Fundador de empresas como Braintree y Kernel, Bryan Johnson vendió su compañía a PayPal por 800 millones de dólares y decidió reinvertir su fortuna en algo más ambicioso: no envejecer. A través del proyecto Blueprint, Johnson sigue un régimen diario basado en medicina personalizada, ciencia de datos, tratamientos médicos de vanguardia y una disciplina casi monástica.
¿Cuál es su rutina extrema para una piel eternamente joven?
Johnson ha diseñado una rutina dermatológica basada en ingredientes con respaldo clínico, combinando cosmética farmacéutica, tratamientos médicos y control molecular del envejecimiento cutáneo. Sus pasos incluyen:
1. Limpieza con ácido salicílico y niacinamida
Elimina impurezas y controla la inflamación sin dañar la barrera cutánea.
Productos como CeraVe Acne Control Cleanser son parte de su rutina.
2. Tretinoína al 0,1%
Estimula la producción de colágeno y la renovación celular.
Considerado el estándar oro en dermatología para el rejuvenecimiento.
3. Vitamina C y ácido hialurónico
Acción antioxidante y mejora de firmeza.
Favorece la hidratación profunda y el brillo cutáneo.
4. Protección solar estricta (SPF diario)
Fotoprotección diaria como base de la longevidad cutánea.
Usa filtros minerales como los de EltaMD UV Clear.
5. Microneedling + Plasma rico en plaquetas (PRP)
Estimula la regeneración dérmica a nivel profundo.
Se combina con factores de crecimiento y células madre.
6. Terapia con luz roja
Apunta a reducir la inflamación, aumentar el colágeno y activar mitocondrias.
🧪 Todos estos procedimientos están respaldados por estudios recientes sobre reparación tisular, autofagia inducida y regeneración cutánea.
Hábitos diarios: ¿dieta, suplementos o disciplina militar?
Su rutina no se limita al skincare. Johnson sigue:
Dieta vegana estricta, hipocalórica: rica en antioxidantes y polifenoles.
Ayuno intermitente controlado.
111 suplementos diarios, incluyendo NMN, pterostilbeno, colina, magnesio, omega-3, entre otros.
Ejercicio personalizado con métricas precisas de rendimiento y recuperación.
Monitoreo constante de más de 70 biomarcadores (incluso edad epigenética de órganos).
¿Está logrando volverse más joven?
Johnson ha logrado:
Reducir su “edad epigenética” a niveles de 10-15 años más joven en varios órganos.
Marcar una edad biológica de 18 años para su piel, según análisis de elasticidad, hidratación, textura y reparación de ADN.
Alcanzar notoriedad global como pionero en biohacking extremo.
¿Exagerado? Puede ser. Pero cada paso que da está documentado, monitoreado y publicado para revisión pública. No es marketing: es un experimento.
Conclusión: ¿obsesión, ciencia o el futuro del envejecimiento?
El caso de Bryan Johnson es, sin duda, uno de los más provocadores del momento. Representa una nueva era en la que la longevidad ya no es solo una cuestión de suerte genética o buenos hábitos generales, sino un proceso que puede medirse, monitorearse y, potencialmente, modificarse. Su enfoque extremo, basado en ciencia de frontera, tecnologías médicas avanzadas y una disciplina casi robótica, genera tanto admiración como escepticismo.
Desde el punto de vista dermatológico, su piel no solo parece joven: presenta características biológicas de una persona con décadas menos. Y lo más relevante es que sus estrategias no son puramente estéticas, sino que buscan intervenir directamente en los mecanismos del envejecimiento: autofagia, senescencia celular, activación mitocondrial, inflamación crónica y más.
Pero también es importante tener una mirada crítica: muchos de los métodos que aplica son experimentales, costosos y no necesariamente extrapolables al público general. No todo lo que hace tiene evidencia clínica sólida a largo plazo, y el costo (económico, psicológico y fisiológico) de seguir un régimen así puede ser inasumible para la mayoría de las personas.
Entonces, la gran pregunta es:
¿Estamos frente a un visionario que está hackeando el envejecimiento? ¿O ante una utopía biotecnológica que todavía está lejos de la realidad humana promedio?
💬 Y tú, ¿qué opinas?
¿Te parece que sus métodos son prometedores o excesivos?
¿Qué prácticas de su rutina incorporarías a tu día a día?